REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 41
E n la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), recientemente vivimos uno de esos momentos que no se resumen con una foto ni con un titular. Un acto que no fue grande por su tamaño, sino por su sinceri- dad y emotividad. Un homenaje. Un gesto compartido. Un agradecimiento a quien ha sido, durante diecisiete años, parte funda- mental de esta casa: Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda . Desde que supe que cerraba su etapa como secretario general, tuve claro que no podía ni debía irse con un simple gracias y adiós. Ángel Luis se merecía una despe- dida a la altura de su trayectoria. Porque lo que hoy en día es AESEG, lo es gracias al excelente trabajo que él ha dirigido y realizado. Organicé un homenaje íntimo con todos los que, de una forma u otra, hemos compartido camino de forma cercana con él. Antiguos y actuales asociados, compañeros de equipo, colaboradores… Y también su familia, cuya presencia consideraba imprescindible. Porque, como dije aquel día, detrás de cada paso profesional, de cada reto, hay una base silenciosa que nos sostiene. Y ese día quisimos mirar también hacia ella. Contamos con la presencia de Lola, su esposa, y de Álvaro, su hijo, quien vino expresamente desde Portugal. Fue, sin duda, uno de losmomentosmás emotivos del acto. No estaba en el guion de un evento institucional al uso, pero sí en el de AESEG: una asociación que entiende que los logros se construyen también desde lo humano, no sólo desde lo empresarial. Proyectamos un vídeo que recorría su trayectoria: imágenes, mensajes, hitos. Terminaba con una frase simple, pero po- tente: “Gracias, Ángel Luis. Esto también es tuyo”. Y lo es. Todo lo que hemos construido durante estos años lleva su impronta: en las decisiones, en los principios, en la forma de estar y de hacer. Después llegaron las palabras de quienes han sido parte de esta historia. Voces que hablaban desde el respeto, pero también desde el afecto. Porque si algo ha logrado Ángel Luis es generar confianza. La suya ha sido una forma de dirigir sin adornos, pero con visión; de negociar sin dividir; de construir sin ruido; de estar disponible 24/7. Uno de los momentos más especiales fue nuestra conver- sación, en público pero sin filtros. No fue una entrevista formal. Fue un intercambio desde la complicidad profesional que se forja con los años. Recordamos su primer día, los desafíos, los aprendizajes, las personas… y lo que queda. Para mí fue una manera de agradecerle no sólo su trabajo y esfuerzo durante estos diecisiete años al frente de la patronal, sino también todo lo que me ha enseñado. Yo comencé este camino con él. Fui la prime- ra persona a quien incorporó a su equipo en 2008, cuando llegó a AESEG. Con él he aprendido todo lo que sé sobre medica- mentos genéricos. Desde entonces, hemos compartido mucho más que trabajo. Y no podía imaginar mejor forma de cerrar esta etapa que sentarnos frente a frente y hablar, como hemos hecho tantas veces antes, pero esta vez rodeados de todos. A veces, en comunicación corporativa, nos autolimitamos y evitamos acercarnos mucho a la parte emocional. Pensamos que SI ALGO HA LOGRADO ÁNGEL LUIS ES GENERAR CONFIANZA. LA SUYA HA SIDO UNA FORMA DE DIRIGIR SIN ADORNOS, PERO CON VISIÓN; DE NEGOCIAR SIN DIVIDIR; DE CONSTRUIR SIN RUIDO; DE ESTAR DISPONIBLE 24/7 MARISOL ATENCIO Coordinadora de Comunicación y Relaciones Institucionales AESEG Gracias, Ángel Luis. Bienvenida, Elena www.aeseg.es | 18 Un legado de 17 años
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