REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 41
no tiene cabida en un ámbito directivo y pro- fesional. Pero claro que la tiene. Porque, a veces, lo más importante es el gesto. Y ese gesto fue el homenaje: una manera de decir “gracias” que no pretendía cerrar nada, sino celebrar lo vivido y dar paso a lo que viene. Porque el relevo no es ruptura. Es evolución. Y eso es lo que representa la llegada de Ele- na Casaus a la Secretaría General de nues- tra asociación: una nueva etapa construida sobre bases firmes. Su experiencia, su solidez técnica y su mirada estratégica nos hacen sentir que AESEG seguirá avanzando con paso firme. Este artículo no es sólo una crónica. Es tam- bién una forma de compartir con quienes no estuvieron ese día lo que allí se vivió. Porque hay trayectorias que no se entienden sólo desde los datos. Se entienden desde las per- sonas. Y hay momentos que no se planean para ser contados, pero que precisamente por su autenticidad merecen ser recordados y compartidos. Gracias, Ángel Luis. Por tu confianza, por tu forma de dirigir, por dejarnos hacer y sacar lo mejor de tu equipo. Por contagiarnos tu pasión por el medicamento genérico. Bienvenida, Elena. Empezamos contigo un nuevo capítulo. M e hace mucha ilusión poder decir unas pala- bras hoy. Soy Álvaro, el hijo de Ángel Luis. No vengo a hablar sólo de un final de etapa, sino de todo lo que ha habido detrás. De una vida entera de trabajo, de esfuerzo y de hacer las cosas siempre con seriedad, determinación y com- promiso. Siempre lleno de energía positiva y con una forma de estar que dejaba claro que lo importante no era destacar, sino hacer bien lo que tocaba. Mi padre nunca ha sido de grandes discur- sos ni de complicarse demasiado. Ha sido de estar, de cumplir, de hacer lo suyo sin pedir nada a cambio. Y eso, aunque parezca sencillo, es de las cosasmás valiosas que uno puede enseñar. Y si en lo profesional ha sido un ejem- plo, en casa lo ha sido aúnmás. Siempre has estado. Siempre nos has cuidado. Has sido y eres ese tipo de padre que da seguridad, que transmite calma, que no ne- cesita decir mucho para saber que puedes contar con él. Por no decir cómo quieres y cuidas de mamá, con una entrega que habla por sí sola. Me has enseñado, sin imponerte nunca, a valorar lo importante: la honesti- dad, el esfuerzo, la familia y la forma de tratar a los demás. Ahora te toca una etapa distinta. Una etapa sin prisas, sin correos urgentes, sin horarios apretados y con más tiempo para ti. Para disfrutar, para estar tranquilo, para seguir haciendo lo que más te gusta y también, cómo no, para pasar más tiempo con tus dos nietas, que seguro se van a aprove- char un poquito de su “abuluuu”. Papá, te lo digo aquí delante de todos: ¡gracias! Gracias por todo lo que has hecho, por cómo lo has hecho y por lo que nos has dejado como ejemplo. Te queremos mucho y te deseamos lo mejor en todo lo que venga ahora. Lola y Álvaro. Un ejemplo en lo profesional y en lo personal Por Álvaro Rodríguez Baeza Discurso pronunciado durante el homenaja a su padre, Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda. www.aeseg.es | 19 Un legado de 17 años
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