REVISTA EN GENÉRICO NÚMERO 41
n la apacible localidad de San Millán de la Cogolla , en La Rioja, se encuentran los monasterios de Suso y Yuso, silentes testigos de la vida monástica y del nacimiento de la lengua española. Declarados Patrimonio de la Humanidad en 1997, aquí se encontraron las primeras manifestaciones escritas en lengua castellana de ahí que sean conocidos como la "cuna del español”. El monasterio de Suso, el más antiguo de los dos, tiene su origen en el siglo VI, cuando un eremita, Emiliano de la Cogolla , decidió retirarse a una cueva para llevar una vida de oración solitaria, pero pronto se hizo célebre entre los lugareños por sus obras de caridad y milagros, tal como glosaría en 1230 el primer poeta español de nombre conocido, Gonzalo de Berceo , que estudió en este lugar. Tras su fallecimiento, con 101 años nada menos, este eremita es enterrado en la misma cueva en la que pasó su vida y que empieza a ser usada por sus fieles como iglesia rupestre. Con el paso del tiempo, la ermita se va quedando pequeña, por lo que se hace necesario la construcción de un edificio que albergue a la comunidad monástica. Es así como nace el Monasterio de San Millán, primer santuario de peregrinación de la comarca, fusión de estilos visigodo, mozárabe y románico, que hoy se alza imponente al rumor del río Cárdenas bajo las cumbres del monte San Lorenzo, el más alto de La Rioja. Cuenta la leyenda que el rey García Sanchez III , en 1053, ordenó el traslado de los restos de Emiliano de la Cogolla, ya beatificado como san Millán, al monasterio de Santa María La Real de Nájera pero la comitiva quedó varada al poco de emprender viaje, lo que se entendió como la voluntad del santo de no moverse de aquellas tierras, por lo que el monarca decidió construir en ese mismo punto un segundo monasterio que se llamaría de Yuso, un impresionante complejo de estilo románico, posteriormente ampliado con elementos góticos, renacentistas y barrocos. Y en este bello entorno es donde un monje anónimo decidió incluir unas notas en los márgenes de un códice latino del siglo X para aclarar algunos significados y comprender la gramática. Estos apuntes los hizo en romance, el habla del pueblo, en lo que será el germen de la lengua castellana: las Glosas Emilianenses. Este preciado Códice Emilianense 60 se encuentra hoy en la biblioteca de la Real Academia de la Historia a donde fue trasladado tras la desamortización. El scriptorium del monasterio y, por ende, la biblioteca, fue uno de los más notables de la Edad Media y albergaba numerosos tesoros bibliográficos. Aquí se podían ver (y hoy aún se conservan originales, copias y facsímiles) hasta diez mil volúmenes entre los que se encuentran el Códice Emilianense de los Concilios (992), la Biblia de Quiso (664) o una copia del Apocalipsis, de Beato de Liébana con la letra del siglo VIII, entre otros de incalculable valor. Habitado desde 1878 por frailes agustinos recoletos, el conjunto monumental de San Millán de la Cogolla, incluidos los monasterios de Suso y Yuso, así como su bellísimo entorno natural, pueden visitarse todo el año previa reserva de entrada. Si quieren descubrir una apasionante historia de siglos de fe, conocimiento y evolución lingüística, no dejen de visitarlos. MARÍA CEREIJO Periodista Suso y Yuso: cuna del español y tesoros de la historia LA VISITA E www.aeseg.es | 49
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