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revista de la asociación española de medicamentos genéricos AESEG

www.aeseg.es

en genérico 

9

r

eportaje

«corresponde al Gobierno establecer los

criterios y procedimiento para la fijación

de precios de medicamentos y productos

sanitarios financiables por el SNS».

Sin embargo, en el plano legislativo, la

Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y

uso racional de los medicamentos y pro-

ductos sanitarios no supuso el respaldo

suficiente para los medicamentos gené-

ricos. Según la argumentación expuesta

por Antonio Iñesta, fue una norma que

se quedó corta al instar únicamente a la

prescripción por principio activo (PPA),

que es una condición necesaria, aunque

no suficiente, para impulsar la expansión

de los medicamentos genéricos. Dado

que la referida ley encierra «un aspecto

que es negativo para los medicamen-

tos genéricos y que es que, cuando se

permite la sustitución en la dispensación

dentro de un conjunto homogéneo de

precios de referencia, ni siquiera se obliga

a sustituir genérico por genérico, sino que

se opta por el medicamento de menor

precio, aunque sea una marca».

No obstante, el escenario normativo

aún podía volverse menos acogedor

para la deseable expansión de los EFG.

Con el Real Decreto-ley 9/2011, de 19 de

agosto, de medidas para la mejora de la

calidad y cohesión del SNS, entre otras

disposiciones, se modificó el apartado

cuarto del artículo 85 de la Ley 29/2006,

sobre prescripción y dispensación por

principio activo. Con ello se permitió que

«las marcas puedan competir con los

medicamentos genéricos en igualdad de

condiciones». Situación agravada por el

Real Decreto-Ley 16/2012 que el actual

Ejecutivo del PSOE prevé derogar, según

el cual se mantiene la posibilidad de

prescribir por marca comercial. Doctrina

que persistió con la Ley 48/2015, de 29

de octubre, de Presupuestos Generales

del Estado para el año 2016, según la cual

se dio fin a la obligación de prescribir

genéricos en situaciones de igualdad de

precio con las marcas, tal como señaló la

entonces directora general de

Cartera de

Servicios y Farmacia del Ministerio de Sa-

nidad

,

Encarnación Cruz

, en un encuentro

organizado por la

Asociación Española de

Medicamentos Genéricos

(AESEG) en la

sede del diario La Razón.

Ejemplos internacionales

Ante estos pasos adelante y atrás, en una

especie de yenka musical, actualizada por

Ricky Martin

en honor de María, y en la

que ganan los pasos hacia atrás; parece

obvio que la legislación española no favo-

rece un mayor uso de los medicamentos

genéricos que redunde en beneficio de la

sostenibilidad de la Sanidad de todos.

Lo resumió con acierto el entonces

presidente de AESEG,

Raúl Díaz-Varela

, el

pasado 1 de febrero en el

Senado

, en la

celebración de los primeros 20 años de

medicamentos genéricos en España. Mo-

mento en que defendió «la necesidad de

aplicar políticas activas que permitan una

introducción rápida y amplia de medica-

mentos genéricos en el mercado». Dentro

de un marco estable, con seguridad jurí-

dica y previsibilidad empresarial, porque

los medicamentos son una herramienta

de política farmacéutica que contribuye

a la sostenibilidad del sistema sanitario.

Dado que no son un elemento de gasto,

sino factores «impulsores y garantes del

ahorro». Desde el convencimiento de que

es necesaria «una diferencia clara entre el

precio de los medicamentos genéricos y

los fármacos de referencia durante el tiem-

po necesario para alcanzar suficiente cuo-

ta de mercado». Lo que permitiría corregir

una anomalía que distancia a España de la

mayoría de países de nuestro entorno.

En ese terreno son ilustrativas las tra-

yectorias de otros países ampliamente

desarrollados. En su momento,

Estados

Unidos

supo sancionar la ley

Drug Price

Competition and Patent Term Restoration

Act

y, posteriormente, creó la

Oficina de

Medicamentos Genéricos

para la defensa

científica de estos fármacos, además de

recoger sus medicamentos genéricos

en el listado oficial denominado Libro

Naranja (

Orange Book

) de la agencia

norteamericana de medicamentos (FDA,

por sus siglas en inglés). No siendo el

único país en alcanzar muy altas cotas en

penetración de medicamentos genéricos.

Como

Alemania

, mercado farmacéu-

tico más importante de Europa, cuyos

«sistemas regulatorio y de reembolso son

progenéricos», según el profesor Iñesta

García. O como

Dinamarca

, a pesar de ser

un país modesto en la producción de EFG.

O frente a los estímulos que reciben los

farmacéuticos para promover un mayor

uso de estos fármacos en

Holanda

. En

sintonía con el convencimiento que se

promueve institucionalmente entre los

médicos de

Reino Unido

sobre la necesi-

dad de usar más estos fármacos.

A la vista de estos pareceres y posicio-

namientos políticos, y en atención a los

ejemplos internacionales mencionados,

parece lógico suponer que el lugar para

los medicamentos genéricos es este y que

su momento también es ahora. Por lo que

toca a cada uno cumplir con lo dicho.

Porque, como razonó Schopenhauer, la

voluntad no nos lleva al futuro, porque

es la propia realidad. O, como dice el afo-

rismo popular, querer es poder. Ya que,

atendiendo al filósofo alemán, distanciar

el deseo proyectado de su consecución

solo produce frustración e infelicidad.

“El cese del encadenamiento

de patentes secundarias

desbloqueará el uso de

medicamentos genéricos

en Europa”