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el desarrollo de los medicamentos

genéricos y no se decidió

arbitrariamente, sino tomando como

base el hecho de que esta diferencia

en los parámetros farmacocinéticos

evaluados se admite como el

umbral que marca la ausencia de

consecuencias en la respuesta

farmacológica y, por ello, no posee

relevancia clínica para la inmensa

mayoría de los fármacos.

El test de bioequivalencia, en contra

de lo que muchos consideran,

incorpora requerimientos muy

estrictos para dar la conformidad.

Si los valores medios del ABC

del producto de referencia y del

‘potencial genérico’ difieren en

una pequeña proporción (» 10%)

es muy improbable que ambos

productos puedan ser considerados

bioequivalentes.

Los voluntarios incluidos en el ensayo

de bioequivalencia reciben las 2

formulaciones (referencia y potencial

genérico), administradas a la misma

dosis, evaluándose los valores medios

de los parámetros farmacocinéticos

(ABC y Cmax) y sus desviaciones

estándar (DE) en el ‘potencial

genérico’ para poder establecer

sus correspondientes IC90. Estos

límites deben estar comprendidos

dentro del ± 20 % del valor medio

de cada uno de los parámetros

farmacocinéticos obtenidos en el

medicamento de referencia. En

consecuencia, el criterio utilizado

para establecer la bioequivalencia,

no es una comparación puntual de

valores medios de las formulaciones

test y de referencia, como

frecuentemente es interpretado,

ya que eso supondría aceptar una

diferencia en las medias de los

parámetros evaluados del ± 20%,

argumento totalmente inaceptable.

De hecho una diferencia entre las

medias de los parámetros evaluados

de esa magnitud, nunca cumpliría los

criterios de bioequivalencia basados

en intervalos de confianza, como

establecen las agencias regulatorias,

incluso serían inadmisibles diferencias

entre las medias bastante inferiores a

dicho valor.

En nuestra opinión, muchos

profesionales basan su visión

negativa de los EFG en esta

consideración, que no es más que

una errónea interpretación de lo que

es un ensayo de bioequivalencia. Si

realmente fuera así, y asumiéramos

una desviación del ± 20% entre los

valores medios de las formulaciones

test y referencia, ello supondría que

por ejemplo para un valor medio

del ABC para el medicamento de

referencia (ABCreferencia) de 100

mg/L·h, la formulación que pretende

ser autorizada como EFG podría

presentar valores medios del ABC,

entre 80 y 120 mg/L·h para cumplir el

Medicamento

de referencia

0,8

1

1,25

Potenciales genéricos

No bioequivalente (bajo)

No bioequivalente (alto)

Bioequivalente

FIGURA 1.

VALORES DE IC90 DEL ABC DEL POTENCIAL GENÉRICO NORMALIZADO CON EL VALOR MEDIO DEL

ABC DEL MEDICAMENTO INNOVADOR REPRESENTADOS JUNTO CON EL INTERVALO DE REFERENCIA EXIGIDO

DE 0,80 Y 1,25 (DATOS LOG TRANSFORMADOS).

EL PAPEL DE LOS GENÉRICOS DESPUÉS DE 20 AÑOS EN ESPAÑA

BIOEQUIVALENCIA:

EL MITO DEL 20%.