en genérico
marzo 2015
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en genérico
o
pinión
Convenio MEDICRIME
Soluciones a
la falsificación
L
a comunidad internacional se enfrenta
a una nueva amenaza global de
enormes dimensiones: la falsificación
de productos médicos. Relacionada
principalmente con el daño económico
que ocasiona, son pocas las legislaciones
de nuestro entorno que tienen en cuenta
los riesgos que esa falsificación produce
en la salud de los ciudadanos.
La falsificación es hoy en día una activi-
dad difícil de combatir que proporciona
suculentas ganancias, debido a la opacidad
de las redes criminales que la llevan a cabo.
Además, los lazos existentes entre las redes
criminales hacen que les sea muy fácil
infiltrar los productos médicos falsificados
en la cadena de abastecimiento legal y que
estos se vendan como si fueran originales.
Las estadísticas recientes no dejan lugar
a dudas acerca de la gravedad de la situa-
ción: las ventas mundiales de medicamen-
tos falsificados no cesan de aumentar.
Esta situación se agrava gracias a Internet.
Son diversos los factores que contribuyen
a este fenómeno: la corrupción, la reticen-
cia a reconocer la existencia del problema,
la multiplicación de los intermediarios,
la ineficacia de los sistemas de control
de fabricación y distribución de estos
productos y, sin lugar a dudas, la ausencia
de un marco jurídico penal adecuado para
la persecución de estos delitos.
Es en este último punto donde el
Con-
sejo de Europa
aporta un valor añadido
proporcionando un instrumento legal
para combatir la falsificación de produc-
tos médicos desde la perspectiva de la
protección de la salud de sus usuarios:
el Convenio del Consejo de Europa sobre
la falsificación de productos médicos y
delitos similares que supongan una ame-
naza para la salud pública
, más conocido
como
Convenio MEDICRIME
, adoptado el
8 de diciembre de 2010 por el Comité de
Ministros del Consejo de Europa.
En su calidad de primer y único tratado
internacional en la materia, tiene por ob-
jeto prevenir y combatir las amenazas que
gravitan sobre la salud pública penalizando
determinados actos, proteger los derechos
de las víctimas de estos delitos y promover
la cooperación nacional e internacional.
El Convenio, en ningún momento, preten-
de dar respuesta a cuestiones relativas a
los derechos de propiedad intelectual, ya
que existen otros instrumentos jurídicos
especializados que se ocupan de ello. Sin
embargo, se aplicará a todos los produc-
tos médicos, independientemente de que
estén o no protegidos por derechos de
propiedad intelectual. El Convenio define
por “producto médico” tanto los medica-
mentos como los dispositivos médicos.
El Convenio establece como delitos: la
fabricación de falsificaciones, el sumi-
nistro, oferta de suministro y tráfico de
falsificaciones así como la falsificación de
documentos. También regula una serie
de delitos llamados “similares” porque
son tan peligrosos como la falsificación
en sí misma y representan una amenaza
comparable: la fabricación, el almace-
namiento para el suministro, la impor-
tación, la exportación, el suministro, la
oferta de suministro o la puesta en el
mercado de productos médicos sin la
autorización necesaria de las autoridades
nacionales.
Protección a las víctimas
Una atención especial merecen tanto las
medidas preventivas como las medidas
de protección a las víctimas, reguladas
ambas en el Convenio, y que son la
prioridad del trabajo desarrollado por el
Consejo de Europa. Entre otras medidas,
las víctimas deben tener acceso a la
información pertinente relativa a su caso,
se les debe indemnizar, se les asistirá
en su recuperación física, psicológica y
social, y se protegerá su derecho e interés
en todas las fases de la investigación y
del procedimiento penal.
Como la falsificación de productos
médicos y delitos similares constituye
una amenaza mundial, el Consejo de
Europa decidió que, además de los países
europeos, aquellos otros países que así
lo deseen puedan adherirse al Convenio.
Este ha sido el caso de
Israel, Guinea
y
Marruecos
que ya lo han firmado y están
trabajando en el proceso de ratificación.
España
ha sido el primer país de la
Unión Europea
en ratificar el Convenio
MEDICRIME, hecho que demuestra el
interés de las autoridades españolas a la
hora de proteger la salud pública.
En definitiva, no cabe duda de que el
Convenio MEDICRIME proporciona un
instrumento muy valioso y eficaz en la
lucha mundial contra este alarmante
problema.
“España ha sido el primer
país de la Unión Europea
en ratificar el Convenio
MEDICRIME”
Óscar Alarcón
Co-secretario del Comité
Europeo de Problemas
Penales
Consejo de Europa