revista de la asociación española de medicamentos genéricos AESEG
en genérico
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a
nálisis
tribuna
La competencia en el sector sanitario
L
a competencia en el ámbito
económico significa que hay varios
proveedores de un determinado
producto (bien o servicio) que lo ofrecen
a uno o varios posibles compradores
a cambio de un incentivo (precio). La
competencia no es un fin, es un medio,
un instrumento para intentar asignar
los recursos de manera eficiente. Este
instrumento puede funcionar bien en
determinadas circunstancias y puede tener
efectos adversos en otras. El contexto y las
características del sector son claves. Para
que la competencia sea un instrumento
eficaz se requieren algunas condiciones:
que el producto pueda ser estandarizado
y homologado; que haya varios
proveedores; que sea fácil la entrada y
salida del mercado de dichos proveedores;
que se conozca la calidad y el coste de los
productos; y que los compradores puedan
compensar al proveedor mediante un
incentivo adecuado.
En el ámbito de la sanidad podemos
diferenciar productos que son “bienes”,
como los medicamentos, los aparatos y
dispositivos médicos, etc., y productos que
son “servicios”. Los “servicios”, a su vez,
pueden ser no-clínicos (lavandería, cocina,
limpieza, mantenimiento de edificios,…)
y clínicos (consulta de atención prima-
ria, intervención quirúrgica, exploración
radiológica,...).
Las condiciones para que la competencia
pueda ser aplicada de forma eficaz en el
sector sanitario se cumplen más claramen-
te en el mundo de los “bienes”, como es
el caso de los medicamentos: el producto
está bien definido, su contenido, caracte-
rísticas y propiedades están estandariza-
das; puede haber varios proveedores; hay
información sobre la calidad y la seguridad
(ya que es condición previa para comer-
cializar un medicamento, y dicha compro-
bación se realiza por agencias públicas
especializadas); puede haber información
sobre costes de producción y precios;
puede haber varios compradores. La única
condición que no siempre se cumple es
que los proveedores tengan una entrada
y salida fácil en el mercado. Pero, en todo
caso, la competencia es posible.
La experiencia de varios países con la
introducción de la competencia en el
ámbito de los medicamentos, mediante
la autorización y comercialización de los
medicamentos genéricos y los productos
biosimilares, ha resultado en una dismi-
nución de precios, al mismo tiempo que
se garantiza el mantenimiento de la cali-
dad y la seguridad. Este es un sub-sector
donde la competencia se ha demostrado
eficiente y beneficiosa para los sistemas
sanitarios. Esta evidencia es clave en el
debate sobre el sistema de fijación de
precios de los nuevos medicamentos
protegidos por patente.
Otro aspecto importante son las compras
centralizadas de medicamentos mediante
concurso público. Este mecanismo de
competencia también se ha mostrado efi-
caz para la obtención de precios menores
a corto plazo. Sin embargo, una reducción
demasiado grande de los precios de los
medicamentos genéricos podría crear
riesgos en la sostenibilidad de las indus-
trias fabricantes de dichos productos. Lo
importante es buscar y lograr un equilibrio
adecuado y estable a largo plazo.
Ventajas y riesgos
La introducción de mecanismos de com-
petencia en otros sub-sectores, como el
de los “servicios no-clínicos” tiene ciertas
ventajas, pero también algunos riesgos. Lo
mismo ocurre con la distribución farma-
céutica minorista. Finalmente, en la provi-
sión de “servicios clínicos”, el mecanismo
de la competencia ha generado más ries-
gos que beneficios debido a que se trata
de procesos muy complejos, donde no se
dan las condiciones previas adecuadas (no
se puede estandarizar los productos, no
hay información adecuada de la calidad y
los costes de los diferentes proveedores,
no hay mecanismos fáciles de entrada
y salida, ya que no se puede dejar áreas
de población sin servicio y no se puede
autorizar a cualquier entidad o profesional
que ofrezca servicios sin las adecuadas au-
torizaciones, etc.). Algunas experiencias de
introducción de mecanismos de compe-
tencia en la prestación de servicios clínicos
en Inglaterra, España y otros países de la
UE, han mostrado resultados negativos,
con incremento de gasto y fragmenta-
ción de los servicios. En este sub-sector
parecen más adecuados mecanismos de
cooperación y de integración.
La discusión no es, por lo tanto, si la com-
petencia es buena o mala en el sector
sanitario. La discusión es acerca de si las
condiciones de introducción de la com-
petencia en un sub-sector son adecuadas
y permiten conseguir más ventajas que
inconvenientes. Por eso, es preciso un
análisis detallado de dichas condiciones
y es imprescindible desarrollar mecanis-
mos de monitorización y evaluación de
los impactos de las diferentes opciones
adoptadas.
“La competencia
en el ámbito de los
medicamentos se ha
demostrado eficiente
y beneficiosa para los
sistemas sanitarios”
Fernando Lamata
Asesor del Panel de
Expertos de la Comisión
Europea en Políticas de
Salud
en Twitter: @LamataF